Puede ser todo un reto callar tus sentimientos cuando la ola de emociones que recorre tu interior inunda cómo un tsunami tu pensamiento.
Sería como un quiero, pero no puedo o debo, ya que parece mayor el desafío de hacer lo correcto que la sencillez de hacer lo que sientes.
Es doloroso pensar que no debería de doler, pero los días pasan y uno pasa con los días.
Nada es ni será igual dos veces. Sin embargo, hoy y siempre será un buen día para hacer aquello que duele, y duele de verdad.